Ob. 1916
El beato Carlos de Foucauld nació en el seno de una familia aristócrata en Estrasburgo, Francia. Durante su adolescencia, Carlos se distanció de la fe y dijo que ya no creía en Dios. En 1876, se unió al ejército francés y lo enviaron a Argelia. Su experiencia en el ejército lo inspiró a viajar y a explorar. Carlos emprendió una expedición durante un año a Marruecos. Debido a que estaba prohibida la entrada de los europeos a Marruecos, Carlos se hizo pasar por judío.
Cuando regresó a Francia, sintió una fuerte gracia interior para volver a la Iglesia. Pasaba muchas horas ahí repitiendo esta extraña oración: “¡Mi Dios, si existes, permíteme conocerte!” Con el tiempo, Carlos sintió el llamado de dejar todo y seguir a Jesús. Se hizo monje trapense y después de siete años dejó el monasterio y trabajó de jardinero y sacristán para las Hermanas Clarisas en Nazaret y más tarde en Jerusalén. A los 43 años regresó a Francia y fue ordenado como sacerdote. Más tarde durante ese año, Carlos viajó a Beni-Abbes, Marruecos para servir al pueblo tuareg, un grupo étnico nómada. Era muy respetuoso de las fes y de las culturas entre las que vivía y se convirtió en un “hermano” para la gente. De Foucauld fue la inspiración para la fundación de varias asociaciones laicas, comunidades religiosas e institutos seculares de laicos y sacerdotes. Fue asesinado el 1ro. de diciembre de 1916 en su ermita en el Sahara a manos de una pandilla de hombres. El 26 de mayo de 2020, el papa Francisco aprobó un segundo milagro atribuido a la intercesión de Foucauld, preparando el camino para su canonización.